En la actualidad se produce una dicotomía
Por una parte es evidente que la protección del patrimonio es una prioridad en tiempos de crisis, ya que es más necesario que nunca garantizarlo. Un incendio en nuestra casa puede dejarnos sin techo y sin recursos para poder recuperarnos. Una reclamación en materia de Responsabilidad Civil puede hacer que peligren los ahorros de toda una vida y hasta comprometer el futuro de nuestros hijos. Si nos roban el coche nos podemos quedar sin el, muy posiblemente con letras pendientes de pago y sin dinero para poder comprar otro.
Por otra parte podemos observar que el ahorro de las familias empieza con el recorte de gastos y que una de las partidas más afectadas es la de los seguros. La demanda de ajuste de precios y de disminución de garantías es constante y se observa un incremento notable de anulación de pólizas.
No se está teniendo en cuenta que este ahorro temporal puede transformarse en un gasto de grandes proporciones.
Es por ello que nuestra principal labor es la de asesorar para evitar que esto ocurra.